miércoles, 5 de julio de 2017

EL ESTALLIDO DE FELICIDAD

Inmediatamente cuando el árbitro pitó el final del encuentro, los jugadores del Rojo estallaron de felicidad. No era para menos. Resultaba todo un desahogo a tanta presión acumulada en los últimos meses. Fueron muchos los que no pudieron contener el llanto de felicidad y alegría. Los abrazos se multiplicaron. Los suplentes  corrieron rápidamente a estrecharse en un abrazo con sus compañeros. Lo mismo hicieron algunos de los jugadores que no estuvieron entre los 18.  Hasta una bandera roja apareció flameando en
la cancha. Un pequeño grupo de dirigentes y allegados no paraban de abrazarse y festejar en la tribuna asignada. Y después de algunos minutos de felicidad en el campo de juego, la emoción se trasladó a los vestuarios. Más celebraciones, más canticos, más emoción.  Era la forma de liberar tantas tensiones acumuladas. Era el momento de la revancha y de sentir que el deber estaba cumplido.