Una situación insòlita se registró con el equipo local de Lugano, que
motivò que el partido comenzara con un retraso de veinte minutos el encuentro.
Como Camba jugò con su tradicional casaca roja, el local no tenía un juego
alternativo para reemplazar la camiseta naranja. La situación se fue dilatando
y al final debieron colocarse una pechera azul sobre la camiseta oficial. Lo
extraño y nunca visto que las pecheras no
tenìan números y los jugadores debían
identificarse por el número del pantalòn. Nunca visto en el ascenso.