Por Andrés Benítez
Nella
(Periodista “Superplatense”
y “Las Voces del Ascenso”)
Cambaceres ha realizado la peor campaña en lo que va de su
historia, obteniendo por primera vez el último puesto en la Primera D. Nunca
pudo encontrar regularidad y una identidad de juego a lo largo de las 28 fechas
disputadas, convirtiéndose en el equipo que más derrotas consiguió y en el más
goleado del certamen.
Luego de asimilar lo que fue el duro descenso a la Primera D
y con vistas a la temporada 2018/2019, Cambaceres era uno de los máximos
candidatos a pelear el título por el peso de su historia y por el respeto de
sus rivales. Con César “Nacho” González a la cabeza, inició el proceso de
vuelta, sumando jugadores con experiencia en la categoría y algunas apuestas de
pruebas y de la Liga Amateur
Platense. Otro de los objetivos para apostar a
pelear por el ascenso, fue mantener jugadores importantes y con mucha
identificación con el club, como Brian Martínez, Brian Asteazarán, Lucas Villar
y su goleador, en aquel momento, Lautaro Palacios.
Pese a la ilusión, los resultados no acompañaron y le dieron
un baño de realidad durante el primer semestre de 2018. La mala campaña terminó
con el ciclo de César González (1 victoria en 10 encuentros dirigidos), quien
dejó el cargo tras el encuentro con Muñiz por la fecha 10. Además de la salida
del DT y la mala ubicación de la tabla, se sumó otro factor que complicó los
planes: la rotura de ligamentos de Lucas Villar, jugador clave en el
mediocampo.
La llegada de Jorge Casanueva, fue una apuesta de la
dirigencia, tras su buen paso por Adip en la Liga Amateur Platense. El
entrenador llegó para dirigir los últimos 4 partidos del 2018, con la meta de
empezar a enderezar un complicado rumbo. El debut no fue el mejor: dura derrota
5-1 como visitante ante Atlas. En los posteriores encuentros, la situación
mejoró un poco: consiguió 2 triunfos y 1 derrota. Pero sumó algo inesperado,
para el inicio de su ciclo: la quita de 4 puntos, por la mala inclusión en la
categoría, de Palacios y Villar como jugadores profesionales. Pese a intentar
apelar la medida, el Tribunal de Apelaciones no perdonó y mantuvo la sentencia.
El 2018 terminó de manera agridulce: Cambaceres en los últimos puestos, pero
con la venta realizada de Lautaro Palacios a Unión San Felipe de Chile, por una
cifra cercana a los U$ 25.000.
Los resultados no acompañaron; la situación en la tabla no
cambió y el proceso fue irregular: pese a conseguir algunas victorias con
autoridad (Puerto Nuevo, Juventud Unida), algunos buenos momentos en los que no
se le dio el resultado y algunos rendimientos positivos en partidos claves
(igualdad ante Argentino de Merlo), el equipo no pudo despegar y se tuvo que
olvidar con el transcurso de las fechas, del reducido. En un semestre que se
hizo cuesta arriba, Cambaceres pasó de ilusionarse a meterse en el octogonal, a
intentar no salir último en la tabla de la “D” por primera vez. Y tampoco lo
consiguió…
El balance del primer semestre de 2019, marcó 3 victorias, 4
empates y 7 derrotas 14 partidos disputados. Números bajos y similares a los
logrados en el primer semestre de 2018. A los malos resultados, se le sumó la
salida de Brian Martínez, quién tras idas y vueltas con la dirigencia, se quedó
con el pase libre. Un golpe que fue duro para el plantel, por el papel de
referente que tenía “Manteca” dentro y fuera del campo de juego.
Pese a que se realicen hechos positivos en lo que va del
año, como la casi culminación de la tribuna “Lucas Pratto”, la instalación del
riego y otros arreglos en el estadio (pintura, mejoras en las cabinas, etc), la
deuda a cumplir para la próxima temporada es la futbolística. Cambaceres no
debe cometer los mismos errores y debe apostar a formar un equipo competitivo,
para no volver a repetir la campaña para el olvido que realizó el último año.
El próximo torneo (que tendrá formato corto) deberá ser una obligación, con el
objetivo firme de regresar a la “C”. Una categoría que el Rojo, nunca tendría que
haber abandonado.