Durísima. Catastrófica. Histórica. Y puede buscarse cualquier sinónimo más. Lo cierto es que Defensores de Cambaceres tuvo una tarde de terror y cayó estrepitosamente por 7 a 0, sí leyó bien, siete a cero, contra Comunicaciones. Definitivamente, el Rojo tocó fondo. Jugó su peor partido del campeonato y no tuvo ningún tipo de respuestas ante un rival que concretó en gol cada vez que se propuso a atacarlo seriamente.
Ya en los primeros minutos, el local se mostró superior, a partir del mejor manejo de la pelota en la mitad de la cancha y a la permanente movilidad de sus atacantes. Pero el comienzo de la debacle se produjo a los 26 minutos, cuando el árbitro Julio Barraza entendió como pena un choque entre González y Vildozo. Con un toque a la izquierda, Gianfelice estableció el 1 a 0. A partir de ahí, el Rojo no tuvo reacción ni anímica ni futbolística. En siete minutos, el local elevó la cuenta a tres goles. Vildozo, a los 31´ y a los 34´, dejó sin chances al Rojo. La pésima marcación en defensa, la falta de tranquilidad y orden lo llevaron al equipo a hacer agua por todos lados.
Para el complemento, Cambaceres entendió que podía seguir dando pelea. Buscó cambiar golpe por golpe y se suicidó. Porque si hay algo que caracteriza a este equipo es el orden y eso fue lo que le faltó. Fue un equipo totalmente desorientado, sin contención en le medio y con tremendos problemas defensivos. Las bandas fueron una invitación para que lo ataquen. Comunicaciones fue un equipo que tuvo delanteros muy rápidos y que metió cambios de frentes muy precisos. Al minuto, Vildozo puso el 4 a 0; a los 13´ Torres se anotó con el quinto; y a los 16´Vildozo dijo otra vez presente con el 6 a 0. En todos los casos, la diferencia de precisión y velocidad fue notable. Cambaceres era una sombra en la cancha y se debatía en una total impotencia. A los 31´, Minguillón decoró el resultado y “Comu” dijo basta. Podría haber llegado a cifras superiores, demostrando una llamativa contundencia.
Será una tarde difícil de olvidar. Peor no se puede jugar. Fue un partido fuera de contexto. Habrá que con se sobrepone el grupo a este tremendo impacto. Y mucho margen no le queda. Esperamos una respuesta de carácter y de actitud. ¿Podrá?
Ya en los primeros minutos, el local se mostró superior, a partir del mejor manejo de la pelota en la mitad de la cancha y a la permanente movilidad de sus atacantes. Pero el comienzo de la debacle se produjo a los 26 minutos, cuando el árbitro Julio Barraza entendió como pena un choque entre González y Vildozo. Con un toque a la izquierda, Gianfelice estableció el 1 a 0. A partir de ahí, el Rojo no tuvo reacción ni anímica ni futbolística. En siete minutos, el local elevó la cuenta a tres goles. Vildozo, a los 31´ y a los 34´, dejó sin chances al Rojo. La pésima marcación en defensa, la falta de tranquilidad y orden lo llevaron al equipo a hacer agua por todos lados.
Para el complemento, Cambaceres entendió que podía seguir dando pelea. Buscó cambiar golpe por golpe y se suicidó. Porque si hay algo que caracteriza a este equipo es el orden y eso fue lo que le faltó. Fue un equipo totalmente desorientado, sin contención en le medio y con tremendos problemas defensivos. Las bandas fueron una invitación para que lo ataquen. Comunicaciones fue un equipo que tuvo delanteros muy rápidos y que metió cambios de frentes muy precisos. Al minuto, Vildozo puso el 4 a 0; a los 13´ Torres se anotó con el quinto; y a los 16´Vildozo dijo otra vez presente con el 6 a 0. En todos los casos, la diferencia de precisión y velocidad fue notable. Cambaceres era una sombra en la cancha y se debatía en una total impotencia. A los 31´, Minguillón decoró el resultado y “Comu” dijo basta. Podría haber llegado a cifras superiores, demostrando una llamativa contundencia.
Será una tarde difícil de olvidar. Peor no se puede jugar. Fue un partido fuera de contexto. Habrá que con se sobrepone el grupo a este tremendo impacto. Y mucho margen no le queda. Esperamos una respuesta de carácter y de actitud. ¿Podrá?