Una desafortunada tarde en materia defensiva (con dos goles en contra incluidos) dejaron a Defensores de Cambaceres con las manos vacías y con la desilusión a flor de piel en sus hinchas. En un partido entretenido y cambiante, Barracas Central se lo dio vuelta en el segundo tiempo para terminar imponiéndose por 3 a 2. Con este resultado, la visita, que tiene el presupuesto más alto de la categoría, igualó la línea de puntos del Rojo (en 28 puntos) y hará que la pelea por llegar al reducido sea muy disputada hasta el final de campeonato.
En el primer tiempo, “Camba” jugó mejor. Sin ser muy superior a su oponente, se las ingenió para estar ordenado y no pasar grandes sobresaltos. Encontró en Di Biasi a un jugador que aportaba algo de fútbol en la mitad de la cancha, pero especialmente tuvo en Ceccatto en su mejor estratega en la zona central, muy bien acompañado por Gamberini. El equipo de Borgarelli tuvo un par de chances para abrir el marcador. Una de ellas fue un disparo de Ceccatto que desvió Volpe por sobre el travesaño y otra de Jaime que pasó cerca. Barracas también tuvo sus ocasiones: un cabezazo de Meinecke bien conjurado por Lacerre y una de De Stéfano, que pasó cerca del vertical derecho.
En los últimos minutos, Defensores buscó un poco más, con actitud y perseverancia. Y a los 41 minutos logró ponerse en ventaja. Gamberini armó una gran jugada por la derecha, la peleó hasta el final, el balón le quedó a Di Biasi que envió el centro y Jaime metió un cabezazo bárbaro al ángulo superior izquierdo que hizo inútil la estirada de Volpe. Enseguida, Cisneros se perdió el empate, rematando desviado.
El complemento mostró el show del horror defensivo del local. Porque a la inexperiencia de sus jóvenes jugadores para saber manejar el partido, se sumó las notorias desinteligencias defensivas. Barracas avisó con un disparo de Manzini que se estrelló en el palo derecho. Enseguida, a los 17 minutos, llegó al gol. Córner de Manzini desde la izquierda, cabezazo contra su arco de Benavente y gol en contra. 1 a 1. Lo sintió el local. Se fue desacomodando en el juego, la visita creció y empezó a inquietar. Llegó el desnivel a los 27 minutos. El ingresado Lescano volvió a dejar desairado a Cristian González, mandó el centro y Manzini, sólo en el área (justo él), solo que tuvo que empujar al gol que no gritó por respeto a su pasado Rojo.
Defensores está sorprendido y obnubilado. Por sus propios errores se le iba de las manos un partido que había sabido controlar en la etapa inicial. Pero en el vaivén que deparó el encuentro, sobre los 36 minutos, Casanova se acomodó entrando por la derecha y con un potente envío consiguió el transitorio empate. Había tiempo para torcer la historia, claro también había tiempo para seguir acumulando errores y jugadas desafortunadas. Iban 42 minutos, cuando ante un tiro libre de Cáceres Silva desde la derecha, Cardozo, en su afán por despejar, se mandó una pifiada descomunal y venció su propia valla.
No quedó tiempo para más. Aunque parezca increíble, cuatro jugadores de Defensores convirtieron goles y su equipo perdió 3 a 2. Sí, fue así, claro está que dos de ellos se equivocaron de arco y se sumaron al desconcierto que imperó en el equipo en la parte complementaria.
En el primer tiempo, “Camba” jugó mejor. Sin ser muy superior a su oponente, se las ingenió para estar ordenado y no pasar grandes sobresaltos. Encontró en Di Biasi a un jugador que aportaba algo de fútbol en la mitad de la cancha, pero especialmente tuvo en Ceccatto en su mejor estratega en la zona central, muy bien acompañado por Gamberini. El equipo de Borgarelli tuvo un par de chances para abrir el marcador. Una de ellas fue un disparo de Ceccatto que desvió Volpe por sobre el travesaño y otra de Jaime que pasó cerca. Barracas también tuvo sus ocasiones: un cabezazo de Meinecke bien conjurado por Lacerre y una de De Stéfano, que pasó cerca del vertical derecho.
En los últimos minutos, Defensores buscó un poco más, con actitud y perseverancia. Y a los 41 minutos logró ponerse en ventaja. Gamberini armó una gran jugada por la derecha, la peleó hasta el final, el balón le quedó a Di Biasi que envió el centro y Jaime metió un cabezazo bárbaro al ángulo superior izquierdo que hizo inútil la estirada de Volpe. Enseguida, Cisneros se perdió el empate, rematando desviado.
El complemento mostró el show del horror defensivo del local. Porque a la inexperiencia de sus jóvenes jugadores para saber manejar el partido, se sumó las notorias desinteligencias defensivas. Barracas avisó con un disparo de Manzini que se estrelló en el palo derecho. Enseguida, a los 17 minutos, llegó al gol. Córner de Manzini desde la izquierda, cabezazo contra su arco de Benavente y gol en contra. 1 a 1. Lo sintió el local. Se fue desacomodando en el juego, la visita creció y empezó a inquietar. Llegó el desnivel a los 27 minutos. El ingresado Lescano volvió a dejar desairado a Cristian González, mandó el centro y Manzini, sólo en el área (justo él), solo que tuvo que empujar al gol que no gritó por respeto a su pasado Rojo.
Defensores está sorprendido y obnubilado. Por sus propios errores se le iba de las manos un partido que había sabido controlar en la etapa inicial. Pero en el vaivén que deparó el encuentro, sobre los 36 minutos, Casanova se acomodó entrando por la derecha y con un potente envío consiguió el transitorio empate. Había tiempo para torcer la historia, claro también había tiempo para seguir acumulando errores y jugadas desafortunadas. Iban 42 minutos, cuando ante un tiro libre de Cáceres Silva desde la derecha, Cardozo, en su afán por despejar, se mandó una pifiada descomunal y venció su propia valla.
No quedó tiempo para más. Aunque parezca increíble, cuatro jugadores de Defensores convirtieron goles y su equipo perdió 3 a 2. Sí, fue así, claro está que dos de ellos se equivocaron de arco y se sumaron al desconcierto que imperó en el equipo en la parte complementaria.