Y una tarde destemplada de primavera, Defensores volvió a jugar en el estadio “de los inmigrantes”, en la vieja cancha del Docke, de tantas batallas en el ascenso. Ahora luce orgullosa su cabecera de cemento detrás de uno de los arcos. Muy prolijita, la cancha del “Auriazul” fue testigo de un nuevo encuentro del Rojo. Y como siempre todo el color en esta secuencia fotográfica: