Enorme fue el festejo de los jugadores ni bien terminó el partido. Hubo abrazos y lágrimas de emoción en la mitad de la cancha. Había llegado una victoria que se hizo desear, después de cinco fechas, con 2 empates y 3 derrotas consecutivas. El último triunfo había sido contra El Porvenir, como visitante, 2 a 1, con los dos goles de Valenti, el 5 de diciembre del año pasado.
Desde el sector de cabinas se pudo percibir el griterío que llegaba desde el vestuario. Era el desahogo tras una semana de tensiones.