Una tarde sofocante se vivió en Laferrere. La sensación térmica trepó a los 34 grados y se hizo sentir. Los pocos espectadores (jugadores y dirigentes) buscaron el sector de la sombra, en tanto los periodistas lo padecieron en las cabinas: el sol pegaba de frente.
El árbitro Sebastián Bresba interrumpió el juego en dos ocasiones, una en cada etapa, para que los jugadores pudieran refrescarse.