Por Jorge Daniel Testori
Teníamos que jugar ese sábado en Rosario, Argentino de Rosario - Cambaceres.No me acuerdo en que año, ni en que categoría.Recuerdo que entre los jugadores, cuerpo técnico y dirigentes había tal comunidad de ideas y pasiones, que es un recuerdo tan feliz que no recuerdo el resultado del partido.
Tempranito en la sede social de la calle San Martín 715, donde el Chengo Martínez y "algunos"colaboradores preparaban los sanguches y gaseosas para los viajeros.El Chengo, por supuesto, protestaba y protestaba amenizando ante el bostezo de los que iban llegando.Partimos.
En el trayecto mates, galletitas y unas pasta frola preparadas por la señora del Gato Sánchez (¡EL GATO SÁNCHEZ!), que él mismo repartía para matizar la mañana
Miseri, Casal, Jesús, Vera, Ferrazuolo, García, algunos de los apellidos de los muchachos del primer equipo.
Jugamos y vuelta a casa.
Cerca de la medianoche, muertos de hambre, paramos en una pizzería de La Boca, una tasca a la que llegamos por un pasillo como de 50 metros a morfar pizzas y tomar vinito blanco.A tope.
Volvimos al micro, algo picados y con la panza llena.
Cuando subo al micro, escucho a mi amigo y Presidente Don Andrés Rubén Roselot decir : ¡Jorgito está en pedo!...¡si!, le respondí con la gracia de un amoscado..."pero no estoy sordo".
Defensores de Cambaceres.