Nadie puede sorprenderse
con esta temprana eliminaciòn argentina de la Copa del Mundo. Era casi
milagroso sostenerse con esperanzas de esta manera. No hubo un equipo, no hubo
un planteo tàctico, se cometieron un montòn de errores y se desaprovechò una generación dorada de jugadores que son
estrellas en Europa.
Tantas
equivocaciones en todos los aspectos merecían su castigo.
Francia nos pegò
cuatro bofetadas y nos devolvió a la realidad. Muchas cosas podrían decirse en
este momento. Ya no vale la pena. Cada uno deberá hacerse cargo de las culpas
que tienen. Es una muestra màs de como
està nuestro fútbol. No somos los mejores ni mucho menos. Somos esto que vimos en Rusia. Un rotundo
fracaso.