Por Jorge Daniel Testori
Para mi el fútbol es ese juego que jugaba de niño en los campitos baldíos del barrio con un fútbol o con una pelota de goma, con arcos hechos de varas de sauce o con montones de pulloveres y remeras, entre 4, 8 o 13 jugadores por bando, lo mas equilibrado posible, sin árbitro y con el tiempo pactado en la cantidad de goles para ganar.
Ese juego hermoso se transforma en un deporte completo cuando se practica con asiduidad, esfuerzo, voluntad y bajo el reglamento oficial.El amateurismo es la fase mas alta de la producción de talento deportivo.Hasta aquí la nobleza, el entretenimiento, la diversión y la pasión que llega al amor por los colores a defender.
El fútbol profesional es otra cosa.Un rectángulo donde se enfrentan atletas con dedicación exclusiva, especialistas en un sector determinado y con su tarea bien delimitada.Algo así como una linea Fordiana de producción donde cada jugador fabrica un eslabón de la cadena, en tiempo y calidad precisa que para su ensamblado final requiere una perfecta planificación y ordenamiento.Bajo estas circunstancias, un equipo de fútbol profesional está preparado para enfrentar al rival y el resultado de la competencia puede ser favorable o desfavorable, pero se ha trabajado para hacer lo mejor con los elementos disponibles.
Con planificación y trabajo, los logros llegan.