Por Emiliano Roskell Para ganar hay que saber sufrir, y eso es lo que le pasó a Cambaceres a falta de dos fechas para la finalización del primer torneo de la primera D en este 2021, que lo tiene como uno de los máximos animadores del certamen. Se ve que para poder llegar al climax ideal, y cuyo objetivo es ascender a la primera C y lograr su posterior estabilidad, hay que sufrir mucho y ni hablar que las pulsaciones estén siempre a mil. Así está el Rojo de Ensenada ahora, pero con un gran temperamento y constancia en su trabajo diario con la recuperación de a poco de una identidad de juego bien definida y la unión de un grupo que se supo sobreponer a las adversidades y dio vuelta la página, escribiendo una nueva historia deportiva. Por eso no es de extrañar, que para llegar a la victoria constante hay que sufrir un poco para darle ese condimento especial a la definición de un campeonato. Esto se vio reflejado en un nuevo capítulo de la categoría más sorprendente como la D, y a falta de dos finales para el cierre de la primera rueda, Cambaceres le ganó a Muniz, hasta este partido una de las sorpresas de la divisional, un encuentro por 2 a 0 en los minutos finales después de bregar muchísimo durante casi todo el partido. Victoria merecida y justa, para un equipo que siempre intentó buscar el arco, a pesar de la dureza del encuentro y jamás bajó los brazos y a fuerza de persistencia e ideas futbolísticas claras, se llevó el merecido premio.