Solo puede haber indignación. No hay otra forma de asumir el
fallo del Tribunal de Apelaciones que se podía haber evitado. En una categoría donde el reglamento indica
que es para “jugadores aficionados”, Defensores utilizó un jugador que revestía
la condición de profesional. Se amparó
de un artículo del reglamento de la categoría que no termina de ser claro y que
se contradice con el Reglamento General de AFA. Pero lo peor no es la ambigüedad
de esta situación. Lo peor es que los dirigentes estaban advertidos de este
tema mucho antes de que comenzara el torneo.
El ex vicepresidente del Rojo, Sebastián Martinetti, ahora con un cargo importante en AFA, había llamado al
presidente Zamponi y a otros dirigentes y había advertido que esto podía suceder tiempo antes de que se iniciara el campeonato. Sólo había que rescindir el
contrato del jugador y ficharlo como amateur. No le hicieron caso. Tribuna Roja, conociendo esta situación, también se lo
expresó a los
dirigentes. Siempre manifestaron que todo estaba en regla. Pero
es evidente, y los fundamentos del fallo
son contundentes, que no estaba todo en regla. A Defensores le descontaron cuatro puntos fundamentales y está último en
las dos tablas. Pero estos cuatro puntos no lo perdieron los jugadores ni el
cuerpo técnico en un campo de juego. La inoperancia y la tozudez de algunos dirigentes generaron esta
situación. Hay responsables claros y concretos por este notable perjuicio
deportivo a la institución. Deberán tener la valentía para reconocer que se
equivocaron y tendrían que dar un paso
al costado, haciéndose cargo de este gravísimo error. Una vez más debemos decir
que Tribuna Roja no miente y que
lamentablemente no nos equivocamos cuando dijimos que esto podía pasar. Nos
duele, pero es la triste la realidad.