“¡Por
fin ganamos”. Seguramente habrá sido la exclamación de màs de uno ni bien Kevin
Aguirre pitò el final del cotejo tras adicionar seis minutos. Fue un grito de
desahogo. Los jugadores celebraron en la mitad de la cancha a puro abrazo y
luego se juntaron en un racimo para el grito final. Los festejos siguieron en
los camarines. Fue, sin dudas, un gran desahogo.