Por Emiliano Roskell
Un partido bisagra, una prueba de fuego para saber dónde se encuentra parado el equipo. Esa era la idea desde un principio Fuede menor a mayor. Un primer tiempo, en donde recibió dos duros golpes. En primer término arrancando con la apertura del marcador a favor del local Puerto Nuevo, en Campana, y minutos después la tarjeta roja a Sebastián Ybares.El primer tiempo se le hizo cuesta arriba, con un hombre menos perdiendo por un tanto a cero y para colmo cuando ya terminaban los primeros 45 minutos, el rojo de Ensenada tuvo un penal a favor y Leonel “poroto” García intentó sorprender al arquero local quien le adivinó la intención y le atajó el remate desde los 12 pasos.
Ya en el segundo tiempo, cambiaron los ánimos, la actitud y el juego de Cambaceres, y el primer equipo tomó las riendas con un gran protagonismo de juego en bloque, marcación también en bloque y una constante presión que no deje al rival reaccionar para hilvanar un lineamiento de juego. Con constancia e insistencia, y sin perder la idea base de juego, construyendo partido a partido esa identidad de juego que tanto extrañaba el hincha y socio del club Defensores de Cambaceres y de la mano de un ídolo como Carlos Da Ponte y su ladero Pablo Casado, permitiéndose soñar a lo grande pero con la mesura del caso. Finalmente logró el empate a través de uno de los refuerzos, Sebastian Ferrario, quien convirtió su primer gol con la casaca del Rojo, manteniendo sólida la base de la identidad de juego que se viene construyendo a través del torneo y que invita a soñar con el ascenso a la primera C, en el año del Centenario del club.