jueves, 17 de junio de 2021

NADA SE PIERDE, TODO SE VALORA


Por FRANCO PICATTO 

Cambaceres sufrió todas las calamidades posibles al cabo de los primeros 45 minutos. Abajo en el marcador, una expulsión directa y un penal adivinado que privó al “Rojo”de ese empate tan necesario para materializar una reconstrucción. Es cierto que no pudo ganar, pero exhibió los atributos de un equipo con rebeldía y ambicioso. Todo se valora.

“Nada es más simple, no hay otra norma, nada se pierde todo se transforma”. Suena casi como una letanía de los optimistas que presumen los beneficios de un valor agregado en épocas donde la desilusión se viene fabricando en serie desde el descenso a la Primera D. Estas son las letras del cantautor uruguayo Jorge Drexler, pero bien podrían sintetizar las fases del juego en la tarde de Campana.

No todo es tan taxativo dentro de una categoría que ofrece matices según la propuesta de cada rival, y en ese sentido, Cambaceres viene abonando la norma que mejor interpreta ante las contingencias presentes en un partido desapacible desde que los minutos empezaron a correr. Cada vuelta dada por las agujas del reloj conspiraba contra la estabilidad del funcionamiento y, la planificación inicial, se consumió en la sucesión de incidencias negativas.

El gol al minuto de juego perforó la tibia resistencia de un “Rojo” que perdió las marcas en la segunda jugada y un defensor de Puerto Nuevo se filtró sin oposición. Desatención que hacía saltear esa fase primaria de estudio al comienzo de cada partido. Para el local, era negocio redondo. Sacaban más ventaja y lograban esa diferencia necesaria que desalienta al perseguidor. Pero este “Rojo”, si se le cierran los caminos, agudiza el ingenio y tensiona ese músculo vital del sacrificio.

Como ante Liniers en Ensenada, el rival “madrugaba” al elenco del “Ruso” Da Ponte. La contundencia del puntero y el dominio que le permitió confiarse tras ese golpe tempranero, hacían que la dificultad no admitiera especulaciones. Mucho menos, si los disgustos se apilaban con la expulsión directa de Sebastián Ybares. Iban 10 minutos de juego, y en ese momento, el DT de Cambaceres convocó a sus dirigidos mientras los médicos atendían al jugador herido por la patada del delantero del elenco ensenadense. Allí serenó al equipo y empezó a cranear un plan que significara reponerse ante esos golpes.

Con más ímpetu que juego, la lucha en el mediocampo concentró el primer foco de resistencia para lograr equilibrio ante la inferioridad numérica. Los recursos estaban disponibles, aunque Cambaceres carecía de sorpresa ante la eficacia de Puerto Nuevo. El “Ruso” dispuso adelantar líneas y posicionó a los volantes “externos” como “Rodo”Fernández y Leonel García en lugar de interiores, y así acompañar las “patriadas” de un Torancio que ofició de hombre más adelantado. Laterales con permanente proyección, y un “Cachete” Ferrario conductor para no rifar la pelota.

De un lanzamiento de Ferrario iba a nacer la esperanza entre tantas tinieblas de ese primer tiempo. Pase al “Poroto”García y un mano a mano que le ahogaron al momento de rematar. Petrussa cobró penal y el mismo García se postuló como encargado del penal. Pena máxima

que significó condena para el “Rojo”. Remate atajado por Balbuena y final de una primera etapa hostil.

La postura del complemento ahuyentó todos los fantasmas que acosaron a los de Ensenada en el primer capítulo. Esa inferioridad numérica no contrarrestó la voluntad de un equipo que se sobrepuso a fuerza de personalidad. Combinar vértigo y pausa puede ser arriesgado en el marco de un partido con tantas complejidades, sumado a que el árbitro condicionó a 5 jugadores de Cambaceres a los que les enseñó la amarilla. Era “morir con la nuestra” o lamentarse por “lo que pudo haber sido quedar como único puntero” . Entre esas respuestas, no existieron preguntas ni un tono cauteloso. “Camba”avanzó, fue dominador ampliamente y llegó el empate a través de Ferrario.

Esa reacción que se espera de un equipo con todos los números para resignarse, fue lo que motivó a redoblar esfuerzos. Faltarle el “respeto” al líder, sabiendo que esto recién empieza y lo que se está escribiendo son apenas las primeras líneas de un equipo que sabe conjugar sacrificio con disciplina táctica. Empate en Campana y la sensación de satisfacción por sobreponerse. Todo se valora cuando se hace cuesta arriba y, pisar firme en terrenos hostiles, forja el carácter del grupo. Ahora quiere transformar ese empate en triunfo, cuando se mida ante Centro Español.