Diego Dell Orto marca el gol de Camba ante Leandro Níceforo Alem
Defensores de Cambaceres no supo liquidar el partido a tiempo y debió resignarse a empatar en un gol contra Leandro N. Alem cuando había hecho mayores meritos que su oponente para quedarse con la victoria.
El Rojo volvió a ser un equipo solidario. Privilegiar el orden por sobre todas las cosas parece ser el primer mandamiento de la era Zuccarelli. En ese aspecto, fue un elenco compacto y mostró progresos respecto de otras tardes. Apretó y mordió cuando hubo que hacerlo, llegó al gol en el primer capítulo y después pudo haberlo definido. Pero como los goles que no se hacen en el arco rival suelen padecerse en el propio, esta vez esa regla del fútbol no escrita apareció en su real dimensión en el “12 de Octubre”. Con poco, Alem se llevó demasiado premio para General Rodríguez.
Manteniendo el esquema táctico de 4-4-2, Defensores salió a jugar el partido sabiendo que los tres puntos eran importantes para pelear por llegar al reducido. Por momentos, le dejó la pelota a su rival, para tratar de aprovechar la contra. Una vez más, Diego M. Jaime se las ingenió con su velocidad para complicar a la defensa lechera. Las primeras emociones fueron de arranque. Primero Zurlo salvó ante Romero y después su colega Santillán hizo lo propio ante Naser.
Después el partido se estancó y casi no se llegó con peligro a los arcos. Hasta que a los 27 minutos, Manes jugó un tiro libre hacia la izquierda para Jaime. El delantero buscó el fondo, metió el centro para que Dell Orto, en las puertas del área chica, sólo tuviera que empujar al gol. Practicidad y eficacia para el equipo de Martín.
En el segundo tiempo, el Rojo jugó para justificar el triunfo. Se adelantó algunos metros y neutralizó a su rival que solo llegó a inquietar con un cabezazo de Dundo que se fue desviado. Las mejores y más claras llegadas fueron del equipo de Ensenada.
Vayamos repasando: centro de Catriel, no llegó a conectar Jaime; disparo de Catriel por arriba del travesaño; ingreso de Jaime y remate elevado; envío de media distancia de Catriel, atajó Santillán. Situaciones reales y claras como para ampliar el marcador.
Pero...los partidos hay que saber definirlos. Y el Rojo lo sufrió por un error propio. Iban 33 minutos, cuando tras un centro intrascendente, Facundo Muñoz metió la mano innecesariamente y Lamolina, de discreto arbitraje, sanciono correctamente el penal. Maximiliano García lo cambió por gol, con remate alto. 1 a 1. Inmerecido, injusto, pero así es el fútbol. Para colmo, a los 41 minutos, un codazo de Naser le dejó con 10 hombres y tras cartón Jones recibió la quinta amarilla y no podrá jugar el domingo contra El Porvenir.
Camba se quedó con bronca. Hizo los méritos para ganar pero sólo se quedó con una unidad. Si bien el reducido parece alejarse, el Rojo va encontrando una identidad como equipo. Para como venía, sinceramente no es poco. Vaya si no es poco.
El Rojo volvió a ser un equipo solidario. Privilegiar el orden por sobre todas las cosas parece ser el primer mandamiento de la era Zuccarelli. En ese aspecto, fue un elenco compacto y mostró progresos respecto de otras tardes. Apretó y mordió cuando hubo que hacerlo, llegó al gol en el primer capítulo y después pudo haberlo definido. Pero como los goles que no se hacen en el arco rival suelen padecerse en el propio, esta vez esa regla del fútbol no escrita apareció en su real dimensión en el “12 de Octubre”. Con poco, Alem se llevó demasiado premio para General Rodríguez.
Manteniendo el esquema táctico de 4-4-2, Defensores salió a jugar el partido sabiendo que los tres puntos eran importantes para pelear por llegar al reducido. Por momentos, le dejó la pelota a su rival, para tratar de aprovechar la contra. Una vez más, Diego M. Jaime se las ingenió con su velocidad para complicar a la defensa lechera. Las primeras emociones fueron de arranque. Primero Zurlo salvó ante Romero y después su colega Santillán hizo lo propio ante Naser.
Después el partido se estancó y casi no se llegó con peligro a los arcos. Hasta que a los 27 minutos, Manes jugó un tiro libre hacia la izquierda para Jaime. El delantero buscó el fondo, metió el centro para que Dell Orto, en las puertas del área chica, sólo tuviera que empujar al gol. Practicidad y eficacia para el equipo de Martín.
En el segundo tiempo, el Rojo jugó para justificar el triunfo. Se adelantó algunos metros y neutralizó a su rival que solo llegó a inquietar con un cabezazo de Dundo que se fue desviado. Las mejores y más claras llegadas fueron del equipo de Ensenada.
Vayamos repasando: centro de Catriel, no llegó a conectar Jaime; disparo de Catriel por arriba del travesaño; ingreso de Jaime y remate elevado; envío de media distancia de Catriel, atajó Santillán. Situaciones reales y claras como para ampliar el marcador.
Pero...los partidos hay que saber definirlos. Y el Rojo lo sufrió por un error propio. Iban 33 minutos, cuando tras un centro intrascendente, Facundo Muñoz metió la mano innecesariamente y Lamolina, de discreto arbitraje, sanciono correctamente el penal. Maximiliano García lo cambió por gol, con remate alto. 1 a 1. Inmerecido, injusto, pero así es el fútbol. Para colmo, a los 41 minutos, un codazo de Naser le dejó con 10 hombres y tras cartón Jones recibió la quinta amarilla y no podrá jugar el domingo contra El Porvenir.
Camba se quedó con bronca. Hizo los méritos para ganar pero sólo se quedó con una unidad. Si bien el reducido parece alejarse, el Rojo va encontrando una identidad como equipo. Para como venía, sinceramente no es poco. Vaya si no es poco.