Defensores de Cambaceres supo reaccionar a tiempo y rescató un empate en un gol en su visita a Sacachispas, en Villa Soldatti, en un partido jugado, por momentos, bajo una lluvia torrencial.
El Rojo mejoró en la parte complementaria donde estuvo más cerca de quedarse con la victoria. No obstante, sigue mostrando las falencias de siempre: le falto juego y peso en ofensiva.
Poco para destacar en el primer tiempo. La intensa lluvia obligó a ambos equipos a redoblar el esfuerzo en un campo de juego pesado aunque se bancó bastante bien las inclemencias del tiempo. El juego fue parejo e impreciso, con pocas llegadas de peligro a los arcos. Si bien el local insinuó algo más, pocas veces había logrado inquietar el marco de Arias Navarro. Camba tampoco lo hizo. Apenas una entrada de Naser y no mucho más. El encuentro estaba para el bostezo hasta que a los 27 minutos entró Friggione en escena. El delantero ingresó por la izquierda, remató salvó el arquero, y en el rebote definió bajo para el 1 a 0. Parecía demasiado premio para el local pero un castigo para un Rojo que no tenía claridad ni fuerza en ataque.
Hubo una actitud diferente en el parte complementaria. Especialmente en el arranque. Defensores salió con mayor decisión. La intención era llegar al empate y lo consiguió. Iban 5 minutos, Benavente metió un pase en profundidad a Ricardo González. El 10 efectuó un centro al corazón del área y Jorge Casanova, como venía, le dio al balón y lo clavó junto al poste derecho en la parte superior. Gran gol por la jugada y la definición. De a poco el encuentro fue volviendo a su cauce. Se estacionó en la mitad de la cancha y se hizo dividido en ese sector. Defensores tuvo mayor tenencia del balón pero recién al final arrimó cierto peligro al marco de Fassanella. Lo pudo haber ganado con una corrida de Naser o con aquel disparo por sobre el travesaño de Carreño. Pero lo cierto es que empató, que sumó un punto ante un rival que también anda a los tumbos.
Las limitaciones que tiene este equipo volvieron a quedar evidenciadas. Cuando se trata de meter, de luchar, de correr, hay poco para reprochar. Pero si hablamos a jugar y pesar en el área de enfrente, ahí es donde sigue fallando. Por eso un punto, por eso un empate ante un rival que era ganable. Pero cuando la mano viene torcida, antes que nada, mejor es no perder. El punto suma pero no aporta mucho a esta campaña muy discreta.
El Rojo mejoró en la parte complementaria donde estuvo más cerca de quedarse con la victoria. No obstante, sigue mostrando las falencias de siempre: le falto juego y peso en ofensiva.
Poco para destacar en el primer tiempo. La intensa lluvia obligó a ambos equipos a redoblar el esfuerzo en un campo de juego pesado aunque se bancó bastante bien las inclemencias del tiempo. El juego fue parejo e impreciso, con pocas llegadas de peligro a los arcos. Si bien el local insinuó algo más, pocas veces había logrado inquietar el marco de Arias Navarro. Camba tampoco lo hizo. Apenas una entrada de Naser y no mucho más. El encuentro estaba para el bostezo hasta que a los 27 minutos entró Friggione en escena. El delantero ingresó por la izquierda, remató salvó el arquero, y en el rebote definió bajo para el 1 a 0. Parecía demasiado premio para el local pero un castigo para un Rojo que no tenía claridad ni fuerza en ataque.
Hubo una actitud diferente en el parte complementaria. Especialmente en el arranque. Defensores salió con mayor decisión. La intención era llegar al empate y lo consiguió. Iban 5 minutos, Benavente metió un pase en profundidad a Ricardo González. El 10 efectuó un centro al corazón del área y Jorge Casanova, como venía, le dio al balón y lo clavó junto al poste derecho en la parte superior. Gran gol por la jugada y la definición. De a poco el encuentro fue volviendo a su cauce. Se estacionó en la mitad de la cancha y se hizo dividido en ese sector. Defensores tuvo mayor tenencia del balón pero recién al final arrimó cierto peligro al marco de Fassanella. Lo pudo haber ganado con una corrida de Naser o con aquel disparo por sobre el travesaño de Carreño. Pero lo cierto es que empató, que sumó un punto ante un rival que también anda a los tumbos.
Las limitaciones que tiene este equipo volvieron a quedar evidenciadas. Cuando se trata de meter, de luchar, de correr, hay poco para reprochar. Pero si hablamos a jugar y pesar en el área de enfrente, ahí es donde sigue fallando. Por eso un punto, por eso un empate ante un rival que era ganable. Pero cuando la mano viene torcida, antes que nada, mejor es no perder. El punto suma pero no aporta mucho a esta campaña muy discreta.