El
sofocante calor pegó muy duro en Laferrere. Con una sensación térmica de 35
grados, la elevada temperatura hizo mella en los protagonistas. Tal es así que
el árbitro debió parar en un par de ocasiones el encuentro para que los
jugadores pudieran refrescarse. Los hinchas, por su parte, buscaron lugares con
sombra o bien observaron el encuentro con poca ropa y aprovecharon para
broncearse.