Cuando todos los torneos del ascenso comenzaron sus campeonatos y en algunos casos ya llevan disputadas tres fechas, la incertidumbre sigue reinando en la última categoría del fútbol argentino, la más olvidada de todas. No se sabe cuándo comenzará el torneo (algunos dicen el 24 abril), no se conoce como se jugará, no se saben cuáles serán las nuevas instituciones que se sumarán y mucho menos, lógicamente, hay un fixture. Pura improvisación y falta de respeto con los clubes y jugadores que forman parte de esa división, limitada en la conformación de sus planteles (este año solamente podrán jugar seis mayores de 23 años).
¿Quiénes serán los nuevos equipos? Nadie lo sabe a poco más de un mes para el inicio del torneo. ¿Cómo harán para armar sus planteles aquellas instituciones que sean beneficiadas? ¿Qué criterios utilizará AFA para determinar a los elegidos? Recientemente, el presidente Claudio Tapia se reunió con los dirigentes de la divisional, pero no hubo avances en el tema. Los clubes están subordinados a lo que se defina en Viamonte. Y desde allí se tomarán las decisiones que luego deberán acatar.
Mientras tanto, urge salir cuanto antes de una categoría que parece interesarle a muy pocos.