martes, 16 de marzo de 2021

EL JUEGO DE LAS BOLITAS


Por Jorge Daniel Testori

Aprendí a jugar a la bolita desde muy chico y se sabe, como lo aseguran los psicoterapeutas, que lo que se aprende de niño permanece imborrable en el consciente y subconsciente.El desarrollo de este entretenimiento que aparenta ser un pasatiempo inócuo e intrascendente para mantener a los pendejos controlados y a la vista de madres y comadres, tiene sus connotaciones políticas y sociales.

Hay un soporte físico compuesto por el espacio de competencia comprendido por el tiro (línea de inicio) con los restantes tres lados del rectángulo o cuadrado, el hoyo equidistante de los lados (no así del tiro) y de diámetro y profundidad variable, las propias bolitas de dudosa esfericidad y el protagonista principal : el jugador.Este jugador, además de sus cualidades de tirador estratega y puntería reconocida, debe conocer la terminología apropiada para la batalla oral contra sus enemigos.Lo primero que se determina en forma verbal es el turno de salida : último, anteúltimo o la sentencia inapelable "atrás de la casita de Dios".Allí las tácticas son mas sutíles que un juego de ajedréz."Prefiero hoyo antes que quema", "quien empena desempena", "persi hasta la muerte", "pierde paga o de mentiras" y las reglas por todos conocidas.Solo una acción en el juego de bolitas era tabú, el infractor despreciado y la reprobación unánime : "hacer manga".Hoy así es la política y la acción social, no todos, pero muchos hacen manga