Los hinchas de Cambaceres, en definitiva portadores crónicos de los males que dirigentes, jugadores y técnicos cosecharon en los últimos tiempos, lo único que quieren es saber si existe alguna posibilidad de que el equipo resurja de las tinieblas en las que está extraviado. Entre tanto desconcierto, aparecen respuestas que ellos mismos maduran. Algunas, con cierto asidero de sensatez, y otras, un tanto más desconcertantes para utilizar en estos momentos.
La primera salida que con desesperación se expresa es: PONGAMOS A LOS PIBES QUE VAN A JUGAR POR LA CAMISETA, A LOS GRANDES YA NO LES IMPORTA NADA. Sobre la primera caben 2 reflexiones, es verdad que los pibes van a jugar con la frescura del amateurismo que aun conservan. Y con el ímpetu propio de la juventud. Pero también es cierto que con eso solo no alcanza. Y mucho menos en la gravedad del momento que hoy vive este equipo y este club. Esta idea, lejos de la pedantería no es patrimonio de quien esto escribe. Es la conclusión de numerosos y experimentados técnicos prestigiosos que han recorrido el fútbol argentino: DEL DESCENSO CON PIBES, NO SE ZAFA.
Por más mal momento que algunos de los referentes del plantel estén pasando, entre el "miedo escénico" que representa jugar una instancia tan desagradable como la presente para juveniles, y lo que representa para los experimentados, sigue habiendo una brecha muy grande.
En segundo lugar, lejos de la demagogia en la que facilmente podríamos caer. Desde nuestra humilde opinión, no creemos que a estos jugadores experimentados a los que se apunta, no les interese salvarse del descenso. O no tengan en mente hacer todo lo posible para hacerlo. De hecho fuimos testigos de otros planteles compuestos por jugadores mucho menos comprometidos con el club. Que no ganen, que jueguen mal, y que se derrumben ante el primer obstáculo no es obra de su falta de deseo, sino en parte (la otra es una evidente limitación de cualidades) de la profunda depresión en la que se encuentran.
Entonces, ¿Cómo salen? La respuesta, como parece ser una constante en el fútbol de hoy, está decididamente en el aspecto emocional. Y Cambaceres no tiene en ninguno de sus esferas hoy por hoy, alguien capaz de brindar un golpe de efecto. El que se quizo dar con el cambio de técnico salió muy mal. De hecho, las declaraciones de Sparvieri al llegar al club resultaron no solo muy infelices, sino, absolutamente contraproducentes.
Mal que le pese a cualquiera. La única posibilidad que tiene Cambaceres, es LA DE BUSCAR ALGÚN LIDER POSITIVO EN EL GRUPO QUE GENERE UN IMPACTO EMOCIONAL. ¿Podría ser el mismo Sparvieri? Solo si revee la forma en la que abordó al grupo por una rectificatoria. De lo contrario, su ciclo podría ser tan breve como el recorrido de los razonamientos que hizo al llegar al club. Y Cambaceres deberá buscar en otro técnico el bendito shock psicológico que este grupo necesita para empezar a ganar.
Porque ya se sabe que es lo que puede suceder si Cambaceres no cambia algo de todo lo mal que está haciendo.Porque el destino, el azar, y las desgracias ajenas, hasta ahora lo vienen salvando. Pero alguna vez, tienen que dejar de ser los únicos aliados.
Por Martín Ortíz
"Las Voces del Ascenso"