En los barrios de la ciudad se palpitó con intensidad esta nueva presentación del Rojo como local. En uno de ellos, un grupo de jóvenes se juntó a comer unos “chori” y colgó un par de trapos para matizar la espera. “Si jugaras en el cielo, moriría para verte” rezaba uno de ellos y el otro decía “Como no sentirme así”.