Por FRANCO PICATTO
Cambaceres busca pulir sus sueños de ascenso, pero no “ejecuta la cláusula” de una localía fuerte. Clave para subirse a este tren sin estaciones intermedias, el empate de ayer lo baja del podio de los merecimientos, pero la paridad sostiene las posibilidades matemáticas. Eligen creer.
Barajar y dar de nuevo era una licencia que podía darse en otra altura del calendario o bajo otro formato. Lo cierto es que este “Rojo” se mentalizó con perseguir un ascenso clamoroso, palpable desde un objetivo en común, aunque distante por rendimientos como el de ayer, que se suma a un inocuo derrotero de tres fechas, abarcando los tres resultados posibles.
Sería injusto y hasta anacrónico, comparar al Cambaceres “pre pandemia” y este relanzamiento de fin de año. Con goleadas justificó su presencia en el reducido, aunque la cuarentena obligó a algunos retoques, y cambios sobre la marcha.Cuesta arriba en un torneo que no permite pendientes.Dos expulsados en tres fechas, y lesiones musculares que presentan un escenario adverso en la tarea de conseguir resultados inmediatos. Lesiones de Carsetti y Maidana, más las expulsiones de Coronel y Dreer (Lugano)y Russo (ayer vs Paraguayo)son contratiempos propios de estos tiempos post pandemia. Valga la redundancia y rebeldía de jugadores que saben jugar instancias con dientes apretados, pero sin que eso implique un perjuicio en la confección del equipo. Son seis fechas a todo y nada. Rearmar la formación puede ser una opción, no una alternativa de emergencia. Más allá de estas apreciaciones, este Cambaceres es consciente que no le alcanza para alimentar sus sueños de ascenso mientras siga en ayuno de fútbol.
Deportivo Paraguayo supo leer un partido donde el “Rojo” estuvo disminuido de vista y de reacción en el mediocampo. Los visitantes complicaron con desbordes y evidenciaron un retroceso con espacios para el rival. Sin control de la pelota en el mediocampo, la gestación quedaba subordinada a la inventiva de Samaniego o la aceleración de García. A medida que avanzaban los minutos, el “Rojo”era una suma de voluntades, mientras que los “guaraníes” eran criteriosos para elaborar peligro. Agüero notó ese agujero del mediocampo y buscó el aporte de Emanuel Russo, que ofreció marca con más juego. Uno de los ingresos iba a provocar el empate. Fue Elías Torancio, quien se asoció con García retrasado y encontró luz para llegar al empate. Ahora, la fecha libre permite pausar esta seguidilla de partidos y seguir confiando que es posible. Porque si el juego no acompaña, y los resultados siguen dando guiños, la fe mueve montañas y arrima posiciones.