sábado, 23 de junio de 2007

DEFE HIZO EL MILAGRO: SE SALVO DEL DESCENSO CON UN GOL EN EL INSTANTE FINAL
















No quedaba nada. El Rojo se estaba yendo al descenso. Se jugaba casi el tercer minuto de los cinco que había dado Marcelo Azpiolea. Pero llegó el centro desde la izquierda, Javier Rossi metió la cabeza, se anticipó a Roberts, y desató la locura en la multitud que llegó al Bosque. Era el desahogo, era el gol traído desde el corazón de los humildes.
Grítelo con toda el alma, amigo ensenadense. Grítelo a los cuatro vientos: “El rojo es de la B y de la B no se va”. Ya está, se terminó la angustia, se acabó el sufrimiento. Defensores de Cambaceres sacó a relucir su temperamento cuando las circunstancias lo apremiaban, ganó su tercera Promoción consecutiva (récord para el fútbol argentino) y seguirá jugando en la B metropolitana. Derrotó en el estadio del Bosque a Argentino de Rosario, por 1 a 0, y logró el objetivo que se había propuesto. Pero, ojo, que nadie se suba al tren de la victoria: esto es mérito exclusivo de un grupo de jugadores y el cuerpo técnico encabezado por Alejo Santa María. Solo ellos saben lo que pasaron en estos últimos meses cuando la mayoría de los dirigentes le dieron la espalda. Demostraron su grandeza dentro del campo de juego y dejaron hasta la última gota de sudor para concretar la meta trazada.
Supieron sobreponerse ante todas las adversidades. Jugaron con el corazón, lucharon como leones cada pelota y dejaron en claro que la vida siempre da una revancha.
EL PARTIDO
No jugó bien Defensores. Le costó manejar la pelota. Le pesaron los nervios y la importancia del partido. Argentino sorprendió jugándole de igual a igual. Trató de no meterse atrás y pelearlo lejos del arquero Roberts. Al Rojo se le hizo muy complicado, porque tenía poca claridad y pocas ideas para complicar a su rival. Los rosarinos no supieron lastimar de contra y sus intentos también fueron tibios. Hubo pocas chances, muy pocas para lo que se estaba jugando.
En el complemento, Camba buscó quemar las naves. Tuvo algunas oportunidades más. Hubo remates de Rossi, Casado y Benítez que encontraron una segura respuesta del arquero.
Pero los minutos fueron pasando y el gol no llegaba. Argentino se aferraba al empate que le daba el ascenso. La tensión crecía, la angustia también. El Rojo no le encontraba la vuelta. El descenso parecía cosa juzgada. Marcelo Azpiolea adicionó cinco minutos y en el tercer minuto de adicional se produjo el milagro. Rossi metió el cabezazo para la locura, para la euforia, para que el Rojo siga un año más en la B. No quedaba nada. Solo la expulsión de Quillutay, por protestar, y del DT Alejo Santa María, por besarlo al cuarto árbitro en el momento de gol. Hubo un par de minutos, pero la historia ya estaba escrita. Camba ganaba un partido memorable. Quedará en el recuerdo como el día que estuvo a dos minutos de irse a la “C” y un cabezazo de salvador Rossi le hizo ganar su tercera Promoción consecutiva. Ya está, disfrútelo amigo del Rojo. El objetivo se cumplió. Ahora queda mucho camino por recorrer y muchas cosas por cambiar para que esta angustia no vuelva a repetirse.