Defensores de Cambaceres no fue menos que el segundo del campeonato, Exursionistas, y terminó empatando en un gol por bando. El Rojo había sacado ventaja al comienzo del segundo tiempo por intermedio de Ibañez, pero un zapatazo de Bertollo lo dejó con un sabor agridulce. “Camba” no consigue meter dos victorias consecutivas pero hoy mostró entrega y orden frente a un equipo que venía con mucha chapa e hizo poco en Ensenada. El empate terminó siendo justo y se acomodó al desarrollo que tuvo el encuentro.Arrancó muy flojo el partido. Mucha fricción y mucha pelea en la mitad de la cancha. Allí se impusieron los hombres de marca por sobre los que podían generar juego. Por eso, se disputó más por el medio campo y muy lejos de los arcos. Los minutos iban pasando y el juego era claramente aburrido. La monotonía no se quebraba. No llegaban a los arcos. Faltaba mucho de mitad de cancha hacia delante. La visita, que venía con la chapa de escolta, hizo poco y nada por el espectáculo. Recién al final hubo un par de situaciones. Un cierre de Gesualdo, salvando sobre la línea, y un disparo de Manes controlado por Barrera fueron los únicos momentos rescatables de una etapa para olvidar.
En la parte complementaria, todo empezó a mostrar signos de mejoría a partir de que se rompió el cero. Iban tres minutos cuando Manes habilitó a Ibañez, quien se metió por el medio del área, bajó el balón con el pecho y fusiló a Barrera. El Rojo pasaba a ganar 1 a 0 y creció en su rendimiento. Logró controlar a su rival y estuvo cerca de aumentar en otra acción que protagonizó Miguel López. Sin embargo, en el minuto 23, apareció un gol sacado de contexto. Bertollo remató desde lejos, recostado sobre el sector izquierdo, y el balón se metió en un ángulo. Golazo de Excursionistas. Impensado por el trámite del encuentro. El partido tuvo más movilidad. El empuje de Yaniz (entró por Jaime) le dio al Rojo la posibilidad de inquietar. En el final tuvo la chance con un tiro libre que controló Barrera.
Queda como balance una actuación ordenada y con mucha entrega ante un rival, según la tabla, calificado. Ante ello Camba le jugó de igual a igual y hasta pudo haber ganado, aunque la paridad no le sentó mal al desarrollo de las acciones.