Por Jorge Daniel Testori
Cuando me enseñaron a jugar al truco con las cartas o naipes españoles, me dieron la escala de valores para la primera (envido) y para la segunda (truco).Pero también me enseñò mi maestro , un eximio y compulsivo apoyador del codo en el estaño, que mentir era la virtud mas estimada entre los participantes, siempre y cuando, los resultados sean positivos. O sea, que lo malo es bueno si da ganancias. Así es el truco, un truco.
Y en ese juego han
entrado muchos que lo visualizan como el atajo más propicio para alcanzar los
resultados que por medio del trabajo y el esfuerzo, tardarian mucho más tiempo
en obtenerse. Así es el truco, un deporte nacional donde el èxito legaliza
impunidad y donde quien es beneficiado irregularmente, consciente de su falta,
jamàs se hace cargo de sus defectos. "Paso y quiero" dice el
especulador abarcando las dos posibilidades del espectro, esperando el ingreso
por cualquiera de los agujeros, filtraciones o pàginas en blanco. "Paso y
quiero", paso de las dificultades y quiero los beneficios.