sábado, 10 de mayo de 2008

La pérdida de categoría es la consecuencia de tantos años de desaciertos





Fue la tarde más triste de los últimos años. No por previsible deja de doler. Defensores de Cambaceres no pudo con Deportivo Armenio y en la próxima temporada deberá jugar en la Primera División “C”, categoría que había abandonado en la temporada 98/99. Fueron nueve temporadas en una divisional que en los últimos cinco años lo vio tambalear de manera peligrosa y profunda de la que ya no se pudo escapar. El descenso de categoría es la consecuencia lógica e inevitable de muchos años de desaciertos en todos los aspectos. Los errores cometidos durante un largo proceso tuvieron su desenlace no deseado pero lógico por como se habían dado las cosas en las últimas temporadas. Fueron tres promociones seguidas. En este torneo, ni siquiera hubo lugar a eso. Fue descenso de categoría directo y los números marcan que el Rojo fue el peor equipo del campeonato. Así de simple y así de doloroso.
Se entienden esas lágrimas del final de los más jóvenes desplomados en el campo de juego. Estos chicos son los que tienen que poner la cara en un momento donde los culpables son otros. El club extravió hace tiempo el rumbo. Lo buscó recuperar con la llegada de una nueva CD, pero se volvió a fallar en lo futbolístico. El desafío, de ahora en más, será apuntalar el aspecto institucional, crecer como club y apuntar a un proyecto a largo plazo, fortaleciendo las inferiores y con una idea clara de que es lo que se quiere en lo deportivo. Sólo así se podrá soñar en algún tiempo con el regreso. Hoy por hoy, y le duela a quien le duela, la divisional “B” le quedaba muy grande al Rojo.


Por Gabriel de Charras