La crónica dirá que en una fría y gris tarde del viernes 23 de mayo de 2008, sobre la lujosa avenida Del Libertador, entre edificios de muy poderosos, y ante muy poco público, Defensores de Cambaceres se despidió del campeonato de la Primera “B”, luego de nueve temporadas. El resultado que favoreció al “Dragón” por 2 a 0 poco importa en esta ocasión. Los puntos no tenían ningún tipo de valor. Solo era para cumplir con las obligaciones del fixture. Era el colorario a una pésima campaña, donde ya no hubo manera de escapar a algo que venia presagiando desde hace varios años. A partir de hoy, el Rojo ya debe pensar a futuro y ese futuro estará en el mes de agosto cuando comience su incursión en el campeonato de la Primera “C”. El desafío del regreso no será sencillo y quizás tampoco sea rápido. Hoy ya se pensó a futuro. Porque muchos de los jóvenes que integraron la formación de esta tarde serán, junto a unos pocos refuerzos, los que representarán al club en la nueva categoría.
Por eso, y si hay que buscarle algún signo positivo al encuentro de esta tarde, está en el hecho de que el entrenador Eduardo Borgarelli siguió probando a los pibes de cara al futuro. Así apareció Martín Zurlo en el arco por primera vez con una actuación interesante y sin grandes errores. Mostró a una dupla de jóvenes en la zaga central como Villanueva y Ezequiel Díaz que deberán adaptarse a las mañas de la nueva divisional. Puso en cancha a jóvenes que ya tienen varios encuentros en la tercera categoría del ascenso como Casanova y Leiva. Y, además, le dio continuidad a Lucas Reme (uno de los que seguirían en el próximo torneo), el único que integró el equipo titular que no surgió del club. Reme fue el más experimentado junto al “Gato” Gamberini de este plantel de novatos.
EL PARTIDO
El encuentro, como era de esperarlo, contó con la iniciativa del elenco local, de floja campaña en este torneo, y las ganas y la entrega de la entusiasta formación que puso el Rojo en la cancha. A los 10 minutos, el arquero Saranzotti lo bajó a Casanova que se iba al gol fuera del área y el árbitro le mostró la roja. El local se quedaba con uno menos y veinte minutos después debía realizar otros dos cambios por lesiones. El partido parecía presentarse en forma favorable al Rojo. Pero a este juvenil equipo le faltó peso ofensivo. Uvía tuvo la mejor chance y la sacó el arquero suplente Zarza. Sobre los 43 minutos, llegó un pase en profundidad, Cano, ingresando por la derecha, remató cruzado y puso el 1 a 0.
El segundo tiempo se debatió entre la impotencia de uno y la conformidad del otro. Los minutos se hicieron interminables, ya que se jugó mucho por el medio y lejos de los arcos. Borgarelli hizo debutar a otro juvenil con el ingreso de Daniel Catriel y los locales anotaron un nuevo gol: iban 41 minutos cuando Minadevino sacó un remate portente, desvió a medias Zurlo y en el rebote el brasileño Hugo Alvez sentenció la historia.
A los 48 minutos, el árbitro Mauro Vigliano hizo sonar el silbato, que puso el final a tanta angustia del Rojo, en un campeonato para el olvido, y en ese instantes ya se pensó en un futuro que deseamos sea mucho mejor.
Por eso, y si hay que buscarle algún signo positivo al encuentro de esta tarde, está en el hecho de que el entrenador Eduardo Borgarelli siguió probando a los pibes de cara al futuro. Así apareció Martín Zurlo en el arco por primera vez con una actuación interesante y sin grandes errores. Mostró a una dupla de jóvenes en la zaga central como Villanueva y Ezequiel Díaz que deberán adaptarse a las mañas de la nueva divisional. Puso en cancha a jóvenes que ya tienen varios encuentros en la tercera categoría del ascenso como Casanova y Leiva. Y, además, le dio continuidad a Lucas Reme (uno de los que seguirían en el próximo torneo), el único que integró el equipo titular que no surgió del club. Reme fue el más experimentado junto al “Gato” Gamberini de este plantel de novatos.
EL PARTIDO
El encuentro, como era de esperarlo, contó con la iniciativa del elenco local, de floja campaña en este torneo, y las ganas y la entrega de la entusiasta formación que puso el Rojo en la cancha. A los 10 minutos, el arquero Saranzotti lo bajó a Casanova que se iba al gol fuera del área y el árbitro le mostró la roja. El local se quedaba con uno menos y veinte minutos después debía realizar otros dos cambios por lesiones. El partido parecía presentarse en forma favorable al Rojo. Pero a este juvenil equipo le faltó peso ofensivo. Uvía tuvo la mejor chance y la sacó el arquero suplente Zarza. Sobre los 43 minutos, llegó un pase en profundidad, Cano, ingresando por la derecha, remató cruzado y puso el 1 a 0.
El segundo tiempo se debatió entre la impotencia de uno y la conformidad del otro. Los minutos se hicieron interminables, ya que se jugó mucho por el medio y lejos de los arcos. Borgarelli hizo debutar a otro juvenil con el ingreso de Daniel Catriel y los locales anotaron un nuevo gol: iban 41 minutos cuando Minadevino sacó un remate portente, desvió a medias Zurlo y en el rebote el brasileño Hugo Alvez sentenció la historia.
A los 48 minutos, el árbitro Mauro Vigliano hizo sonar el silbato, que puso el final a tanta angustia del Rojo, en un campeonato para el olvido, y en ese instantes ya se pensó en un futuro que deseamos sea mucho mejor.