Otra vez en día laborable y
nuevamente con un marco similar a otras presentaciones donde solamente se
permite el acceso de socios, situación que se viene registrando desde hace un
año. Pero los que siempre están
volvieron a decir presente. Casi que ya es un ritual y el socio, que no tiene
un compromiso laboral, ya acomoda su agenda en función de cuando le toca jugar
a “Camba”. Ya se mal acostumbró a que rara vez lo pueda ver jugar un fin de
semana. Y protesta pero va. Y hoy no fue la excepción.