Por Jorge Daniel Testori
La canchita de mi cuadra estaba en el fondo de la casa de
Raulito, Chile 469.
Calculo que tendría unos 15 metros de largo por 8 metros de
ancho, era lo mismo.
El arco que daba al arroyo "La Fama" era una
plantita de quinotos y una caña tacuara enterrada.Del otro lado, contra la
pileta de natación un poste era un gran ciruelo y el otro un limonero.
Por supuesto que al no haber travesaños la decisión de si
fue gol o pasó por arriba, era
cuestión de un rápido debate.
Por un lado el lateral eran dos sauces, detrás de los cuales
teníamos el pozo donde guardábamos las ranas que pescábamos y se nos escapaban
por las noches.
A veces con un patadón la pelota cruzaba el alambrado y caía
en la quinta de Don Emilio Damonte y el responsable tenía que lograr la hazaña
de volver con la pelota y naranjas de ombligo para todos los jugadores.
En el otro lateral, el límite de la canchita era la zanja
por donde salía el agua al vaciar la pileta.
En el medio del campo, mas o menos en la posición del
jugador N°10 había una higuera, neutral, que para eludirla requería cierta
destreza.
Creo que la felicidad jugó millones de partidos en nuestra
canchita de fútbol.