lunes, 6 de abril de 2020

UN DIA INOLVIDABLE

Por Juanchi Guerra
(Anécdotas del Rojo)
Vienen aires de renovación en la Comisión Directiva. En 1982 asume como presidente el Dr Néstor Lopetegui, un importante cirujano de la ciudad acompañado por el ingeniero José Riccione como vice y toda la esperanza de una Comisión que quiere empezar a cambiarle la cara  nuestro querido Defensores. El principal objetivo es el fútbol. Por eso se ponen a trabajar con otros miembros de la Comisión para formar un gran equipo a fin de llegar a la B, la gran meta. Además el club, mientras tanto, incorpora el boxeo con algunas peleas interesantes en Casa de Cultura, se logra ingresar a la Federación Metropolitana de Pelota a Paleta dónde Defensores participa en la categoría A y luego enfrentando a
importantes equipos. Además nace el Centro de Socios Vitalicios con Luis Sabio a la cabeza, un incansable luchador, para unir a los asociados.
 Llega el momento cumbre. Se formó el gran equipo con grandes jugadores que lo llevaron al lugar que el club merecía. En 1991, con Riccione ya en la presidencia,  se llega al partido para nosotros final luego de una campaña impresionante yendo a todas las canchas. El partido anterior de local tímidamente empezamos a cantar DALE CAMOEON en las tribunas antes de lo que podría ser la consagración.
El viernes previo los jugadores entrenaron y luego en el viejo bufet tomaron la merienda. Estábamos la mayoría de los dirigentes cuando el micro partía rumbo a Chacabuco a concentrar el día previo. Acompañaron al plantel algunos dirigentes  y llegaron sin inconvenientes a las 20. Después de cenar,  tras algunas charlas, todos fueron a sus habitaciones.
Mientras tanto, al otro día me levanté temprano porque  la consigna era llegar tipo 11  a Chacabuco y almorzar con el plantel. Así fuimos en dos coches, además de la inmensa cantidad de gente que se llegaba a Junín. Me tocó ir con mi hermano  Antonio, el secretario Eduardo Sabio y el pro secretario de Prensa Néstor Timmer (f). Así llegamos. Para ese entonces estaba mudo desde hacía tres días: los nervios me dejaron así. Todo lo que quería comentar lo hacía por  señas. Después de almorzar,  nos fuimos detrás del micro en los dos autos de dirigentes. Llegando a la ciudad, a unos pocos km, los dirigentes dejamos los autos y nos subimos al micro que llegó sin inconvenientes.
Comenzó el partido, yo seguía mudo hasta que exploté de emoción cuando Vázquez convirtió el primer gol y ahí me volvió la voz y pude festejar junto a todos mis compañeros de Comisión como con toda la gente que fue. No me olvidó más, la mayor alegría futbolística del club de mi ciudad. Luego de dar los jugadores la vuelta olímpica ante muchísima gente que aplaudía y otros los menos que tiraban piedras y palos y la policía los reprimió, en los vestuarios fue algo memorable. Salí bañado porque fue un Carnaval la. La cara de los dirigentes encabezados por su presidente José Riccione era de una felicidad inigualable. Se había dado lo que se fue a buscar:  llegar a la B.