Por Hugo Bianchetto
Hace poco menos de tres meses, se nos fue el emblema de Camba, el Chirola Arrambide.
Un crack que, no entiendo por qué, no llegó más alto en su profesión, a pesar que había empezado a jugar en Primera, en Gimnasia. Pero que se hizo grande en el Rojo.
Los goles que le vi hacer de tiro libre fueron un poema.
Tenía además la entereza de bancar las piernas más asesinas (el fútbol del
ascenso en Argentina es único, por varios motivos) y de devolver gentilezas si
fuese necesario.
Guapo y estilista. Caudillo y exquisito. Crack. Ya debe
estar dando cátedra allá, donde no hay sábados de ascenso porque todo es
domingo y todos juegan el Partido Eterno en primera división.
¡Nos vemos, Chirola!!!!