El entrenamiento de esta mañana tuvo tres tramos específicos de actividad. En primer lugar, los jugadores se dividieron en dos grupos de 15 y realizaron un intenso encuentro de fútbol en espacios reducidos, sobre un sector lateral cercano a la tribuna de cemento. Coronel y Ferreira actuaron como improvisados arqueros y hasta Marcelo Chiappetta se dio el gusto de convertir un gol para uno de los equipos. Hubo un ida y vuelta constante y un empate tras el final decretado por Fernando Castrosín, el ayudante de campo que ofició de árbitro con su brazo derecho enyesado por un accidente doméstico. Las protestas de los equipistas fueron una constante, dentro un clima cordial.
Luego se practicaron penales y tiros libres (ver aparte),
para culminar con algunas tareas de elongación. El grupo volverá a trabajar
mañana a las 10, en el estadio.