Por Juanchi Guerra
Corría el año 1975 y se jugaba la tercera fecha del nuevo torneo de la D.
Defensores, como siempre, armó el mejor equipo para intentar subir de
categoría. Viajamos a Cañuelas. El micro, cómo era costumbre, salía de la Sede
Social, en la calle San Martin 715. A las 08 horas debíamos salir con todo
preparado para visitar por primera vez en la historia a Cañuelas Futbol Club.
Viajamos algunos dirigentes como el Chengo
Martinez, Roberto Verdu, Roberto Cambon (tesorero), Luisito Viegas, Chocho
Guirotane y yo
El viaje fue tranquilo, en 7 y 32 subían los
jugadores de La Plata y el periodista Juan Carlos Fanjul.
El
plantel estaba compuesto por Martinicorena, Casal, Espeche, Silva, Jesús, Mosca,
Linblond, Martini, Protzukov, Antonini, Carnevali, Giles, Cabrera, Hourcade, Vera.
El DT, el Tío Pedro Prado.
La cancha estaba en el medio del campo pero muy
prolija todo alrededor, con barandas para ver el partido. El día anterior
llovió y por eso no había mucho público. El cotejo finalizó empatado en dos
tantos. Eduardo Antonini y Ricardo Martini convirtieron para el rojo. Ya de
vuelta, en mitad de camino, los jugadores descansando o jugando a las cartas, el micro sufre un gran desperfecto. El chófer
comenta a los que íbamos adelante que se estaba prendiendo fuego la parte de
atrás. ¡Para què! La desesperación de todos, algunos jugadores se tiraron por
la ventana. El periodista Carlos Fanjul, que venía con sus muletas por un
problema físico, llegó como corriendo hasta donde estaba el chófer. Yo y el
Tinga Flores que estábamos sentados al lado de la puerta no podíamos abrirla de
los nervios y el chófer sr Tests no se movía del volante insultando no sé a quién
por lo que había pasado. Nos quedamos en la ruta un rato largo, todos abajo del
micro hasta que pasó por el lugar un camión y el Chocho abordó al chofer para
que lo alcance a la entrada de La Plata para poder avisar al presidente y
directivos que nos vengan a buscar. El Chocho regresó como a las dos horas. Nosotros,
por intermedio de no sé que directivo, paramos un camión de hacienda y hasta
allí fuimos todos. Menos el Chengo y Carlitos Fanjul que tenían problemas
físicos y fueron adelante
Se sentaron con el chófer y llegamos a la
entrada de La Plata cerca de la medianoche dónde allí nos fueron a buscar en
autos los dirigentes que habían viajado después. El susto no lo sacó nadie,
pese a las risas temblorosas del momento.