martes, 24 de marzo de 2020

ANECDOTAS DEL ROJO


Por Juanchi Guerra
Corría el año 1975 y se jugaba la  tercera fecha del nuevo torneo de la D. Defensores, como siempre, armó el mejor equipo para intentar subir de categoría. Viajamos a Cañuelas. El micro, cómo era costumbre, salía de la Sede Social, en la calle San Martin 715. A las 08 horas debíamos salir con todo preparado para visitar por primera vez en la historia a Cañuelas Futbol Club.
Viajamos algunos dirigentes como el Chengo Martinez, Roberto Verdu, Roberto Cambon (tesorero), Luisito Viegas, Chocho Guirotane y yo
El viaje fue tranquilo, en 7 y 32 subían los jugadores de La Plata y el periodista Juan Carlos Fanjul.
 El plantel estaba compuesto por Martinicorena, Casal, Espeche, Silva, Jesús, Mosca, Linblond, Martini, Protzukov, Antonini, Carnevali, Giles, Cabrera, Hourcade, Vera. El DT, el Tío Pedro Prado.

La cancha estaba en el medio del campo pero muy prolija todo alrededor, con barandas para ver el partido. El día anterior llovió y por eso no había mucho público. El cotejo finalizó empatado en dos tantos. Eduardo Antonini y Ricardo Martini convirtieron para el rojo. Ya de vuelta, en mitad de camino, los jugadores descansando o jugando a las cartas,  el micro sufre un gran desperfecto. El chófer comenta a los que íbamos adelante que se estaba prendiendo fuego la parte de atrás. ¡Para què! La desesperación de todos, algunos jugadores se tiraron por la ventana. El periodista Carlos Fanjul, que venía con sus muletas por un problema físico, llegó como corriendo hasta donde estaba el chófer. Yo y el Tinga Flores que estábamos sentados al lado de la puerta no podíamos abrirla de los nervios y el chófer sr Tests no se movía del volante insultando no sé a quién por lo que había pasado. Nos quedamos en la ruta un rato largo, todos abajo del micro hasta que pasó por el lugar un camión y el Chocho abordó al chofer para que lo alcance a la entrada de La Plata para poder avisar al presidente y directivos que nos vengan a buscar. El Chocho regresó como a las dos horas. Nosotros, por intermedio de no sé que directivo, paramos un camión de hacienda y hasta allí fuimos todos. Menos el Chengo y Carlitos Fanjul que tenían problemas físicos y fueron adelante
Se sentaron con el chófer y llegamos a la entrada de La Plata cerca de la medianoche dónde allí nos fueron a buscar en autos los dirigentes que habían viajado después. El susto no lo sacó nadie, pese a las risas temblorosas del momento.