Dos golazos espectaculares de Jonatan Tridente, el jugador distinto de la noche, y una mayor ambición ofensiva, le permitieron a Los Andes derrotar merecidamente por 2 a 1 a Defensores de Cambaceres, que venía bien con el libreto hasta que su valla fue superada por primera vez. Después no pudo contener al equipo de Lomas y se quedó con las manos vacías.
El Rojo hizo bien las cosas en el primer tiempo. Supo como neutralizar a Los Andes, con un juego ordenado y sin errores. Se agrupó bien atrás y fue combativo en el medio campo. Presionó en la salida del rival y, por momentos, logró quitarle la pelota. Así, Los Andes cayó en la intrascendencia. Abusó del centro y nunca pudo poner en aprietos a Nacho González. Para que el primer tiempo fuera redondo, el once de Mármora acertó en el único tiro al arco de la etapa. Iban 27 minutos cuando Oltolina sorprendió con un tiro libre, que pico antes y se metió en la vaya de Aguirre. 1 a 0 y negocio propicio para un primer tiempo sin sobresaltos.
El local apretó el acelerador en la parte complementaria. El ingreso de Ascensio le dio mayor movilidad. Vega y Lupino se venían por los costados y no lo podían contener. Para colmo, a los 9 minutos se lesionó Zuleta (muy firme hasta ese momento) e ingresó Seevald. El local iba y Cambaceres cada vez estaba más atrás. Pero el cerrojo se rompió a los 16 minutos con una tijera espectacular de Tridente. GOLAZO, así, con mayúsculas. Los Andes quizo más, y pese a la expulsión de Bustamante, lo fue a buscar. Defensores no tenía contención en el mediocampo y pedir un atraque suyo era poco menos que milagroso. Aguirre, el arquero local, era un espectador de lujo. Sobre los 28, apareció en escena otra vez Tridente, se sacó la marca de Gesualdo, y definió con gran categoría contra el palo derecho. ¿Asunto liquidado? Totalmente, porque “Camba” no pudo ni supo como arrimarse hasta Aguirre. Apenas contabilizamos un disparo de media distancia de Naser que se fue desviado.
El libreto del Rojo se llevó hasta la perfección, hasta que un tal Tridente, con el 7 en la espalda, lo hizo añicos y justificó la ambición de Los Andes por querer ganar el partido, aún en medio de su desorden. Defensores pateó dos veces al arco en todo el partido. Muy poco para un equipo que pretende salvarse del descenso.
El Rojo hizo bien las cosas en el primer tiempo. Supo como neutralizar a Los Andes, con un juego ordenado y sin errores. Se agrupó bien atrás y fue combativo en el medio campo. Presionó en la salida del rival y, por momentos, logró quitarle la pelota. Así, Los Andes cayó en la intrascendencia. Abusó del centro y nunca pudo poner en aprietos a Nacho González. Para que el primer tiempo fuera redondo, el once de Mármora acertó en el único tiro al arco de la etapa. Iban 27 minutos cuando Oltolina sorprendió con un tiro libre, que pico antes y se metió en la vaya de Aguirre. 1 a 0 y negocio propicio para un primer tiempo sin sobresaltos.
El local apretó el acelerador en la parte complementaria. El ingreso de Ascensio le dio mayor movilidad. Vega y Lupino se venían por los costados y no lo podían contener. Para colmo, a los 9 minutos se lesionó Zuleta (muy firme hasta ese momento) e ingresó Seevald. El local iba y Cambaceres cada vez estaba más atrás. Pero el cerrojo se rompió a los 16 minutos con una tijera espectacular de Tridente. GOLAZO, así, con mayúsculas. Los Andes quizo más, y pese a la expulsión de Bustamante, lo fue a buscar. Defensores no tenía contención en el mediocampo y pedir un atraque suyo era poco menos que milagroso. Aguirre, el arquero local, era un espectador de lujo. Sobre los 28, apareció en escena otra vez Tridente, se sacó la marca de Gesualdo, y definió con gran categoría contra el palo derecho. ¿Asunto liquidado? Totalmente, porque “Camba” no pudo ni supo como arrimarse hasta Aguirre. Apenas contabilizamos un disparo de media distancia de Naser que se fue desviado.
El libreto del Rojo se llevó hasta la perfección, hasta que un tal Tridente, con el 7 en la espalda, lo hizo añicos y justificó la ambición de Los Andes por querer ganar el partido, aún en medio de su desorden. Defensores pateó dos veces al arco en todo el partido. Muy poco para un equipo que pretende salvarse del descenso.