Por Gabriel de Charras
Ya
nada puede sorprender de este organismo llamado COPROSEDE y que tiene como máximo
exponente al parecer intocable Rubén Pérez. Un organismo del gobierno provincial
al que todos bancamos con nuestros impuestos. Un organismo que le está haciendo
un daño terrible al fútbol del ascenso. Una vez más, es el hincha de Defensores
de Cambaceres el que tiene que pagar los platos rotos. Lamentablemente, nada
sorprende. A modo de ser sinceros, lo intuíamos. Pérez nunca atendió ninguno de
los innumerables llamados telefónicos que le hicieron los dirigentes del Rojo.
¿Es casual que
Gimnasia accediera a
prestar su estadio cuando se
sabía que la mayoría de sus dirigentes no querían saber nada al respecto? ¿O no
será que buscaron quedar bien ante la opinión pública a sabiendas que el COPROSEDE
no iba autorizar el partido en 60 y 118? ¿Qué argumentos tiene el organismo de
seguridad para no permitir jugar en La Plata? Ninguno, más que “lavarse las
manos” y evitar cualquier complicación de un partido con gente. Para Pérez es
mucho más fácil ordenar partidos a mitad de semana a puertas cerradas (y en la
C y la D ya son numerosos los ejemplos) que organizar operativos de seguridad
con una sola hinchada. ¿Qué culpa tiene el socio de Cambaceres que hace siete
meses –excepto a Rosario- no puede ir a una cancha? ¿Por qué no pueden asistir
en este partido decisivo? ¿Hasta cuándo durará el castigo a la institución de
Ensenada?
Todo huele a podrido y resulta
indignante. No es sólo Defensores de Cambaceres, son muchos los clubes del
ascenso los perjudicados por el accionar de este señor Rubén Pérez, que hace y
deshace a su antojo. Es hora de que los dirigentes del ascenso se unan y digan
BASTA ante semejante atropello. Hoy le toca al Rojo, ayer a otro club y mañana
será otro. BASTA, muchachos, digan BASTA de una vez. Así como está, el fútbol de
ascenso no puede seguir. Pérez lo está matando de a poco y parece que no dan
por enterado.
Estamos a favor de erradicar la
violencia de las canchas. Totalmente a favor. Y si quieren erradicar la
violencia en serio, pues bien, metan a los delincuentes presos. No metamos a
todos en la misma bolsa. Se busca el facilismo. No hay gente en la cancha, no
hay violencia. Total, son clubes chicos y nadie dice nada. Y así no se puede
seguir.
Defensores afrontará un partido
trascendental con todo en contra. Los jugadores, como siempre, le pondrán el
pecho a la adversidad y lucharán solos contra todos.
Mientras tanto, Pérez estará tranquilo.
El domingo, las estadísticas, le marcarán que sigue bajando la violencia en el
ascenso. El sentido común, también, se va a pique…