El fútbol dio un nuevo paso hacia la vuelta a los
entrenamientos en medio de la crisis del COVID-19. A través de una carta
firmada por Claudio Tapia y con el ministro Ginés González García como
destinatario, la AFA le envió al Ministerio de Salud su protocolo para
propiciar el reinicio de las prácticas.
“Me dirijo a usted con el objeto de llevar a su conocimiento
que esta Asociación del Fútbol Argentino ha conformado en su seno una Comisión
Médica para la realización de un Protocolo que permita el retorno a los
entrenamientos de los planteles de nuestros clubes afiliados, cuando la
condición sanitaria nacional lo aconseje y el Gobierno Nacional así lo
autorice”, reza el texto.
En efecto, la comisión estuvo conformada por dirigentes de
la Asociación del Fútbol Argentino, de la Liga Profesional de Fútbol (que
reemplazó a la Superliga y es comandada por Marcelo Tinelli) y por
profesionales de la salud de diferentes instituciones, incluido Donato Villani,
líder del Departamento de Medicina de la AFA.
“En el transcurso de las últimas semanas se han llevado a cabo
comunicaciones, cambio de opiniones, analizado distintas experiencias llevadas
adelante en otros países y aún por otros deportes, y se han realizado dos
reuniones de manera remota en la que todos los miembros de la Comisión,
dirigentes y médicos, hicieron sus aportes al texto final del Protocolo que
ahora presentamos a su consideración”, detalla el comunicado.
“Es fundamental entender que sólo se podrá jugar al fútbol
cuando los beneficios para la salud, la sociedad y la economía superen los
riesgos de la enfermedad, al tiempo que se garantice la seguridad de los
deportistas, personal específico, árbitros, público aficionado y de la sociedad
en general”, subraya el protocolo elevado al Ministerio de Salud.
El documento se centra en tres grandes ejes: “Higiene y
distanciamiento en los entrenamientos”, “Testeos y seguimiento” y “Precauciones
en los desplazamientos y las instalaciones”. En el primer ítem, por caso,
recomienda que no haya más de seis futbolistas o árbitros durante una sesión de
entrenamiento en la misma cancha, que ellos sean los únicos exceptuados en el
uso del tapaboca en el área de práctica, evitar ofrecer refrigerios a los
participantes y que cada futbolista lleve su propia hidratación; además de las
recomendaciones inherentes a toda la población (lavado de manos,
distanciamiento social, desinfección).
En cuanto a los tests, las pruebas serán públicas y
realizadas “por personal independiente de la entidad, competente y previamente
capacitado”; es decir, no estarán a cargo del cuerpo médico de cada club. Es
más, señala que “una propuesta correcta de procedimiento” es “realizar el test
a todos los futbolistas / árbitros que regresen a la actividad y a aquellos que
hayan tenido cualquier tipo de contacto”.”El primer test se realizará 72 horas
antes del regreso a la actividad y el segundo luego de la primera sesión de
entrenamiento. Luego, semanalmente”, resalta sobre la frecuencia de las
pruebas. Incluso sugiere la opción de “realizarlas sin bajar del propio
vehículo”.
El protocolo hace hincapié en los traslados “puerta a
puerta” de los jugadores y trabajadores de los clubes desde sus hogares a las
instalaciones, sin pasar por el transporte público. Serán las instituciones las
que deban encargarse de proveerles un medio si no poseen vehículo propio.
Desde AFA ya adelantaron que respaldarán económicamente a
las instituciones para poder cumplir con los requisitos para volver a los
entrenamientos. También la Conmebol destinó una partida de dinero (seis
millones de dólares) para asistir a las diez asociaciones miembro ante las dificultades
que disparó el coronavirus.